Oscar Bran Lorca. (Revista Cotzumalguapa, julio-agosto 2010)
Pasó la euforia del mundial donde muchos de los llamados grandes en el universo de las patadas, se fueron con mas pena que gloria. Y el mundo "normal" volvió a funcionar normalmente.
La humanidad continua con sus triunfos y sus derrotas. Con sus guerras, con sus ataques terroristas. Con sus mareros, narcos, malandrines, extorsionadores, violadores, secuestradores, homicidas. Con sus cientos de miles de atentados cotidianos contra el prójimo, pero tambien con sus héroes, con sus luchadores por la paz, con sus investigadores, con sus científicos, con sus pensadores positivos.
Y mientras tanto, aquí en esta Guatemala de las balas, los bolos y las bolas, seguimos viendo cómo en las grandes esferas del poder se siguen haciendo malabares para la integración de algunas de las entidades más importantes del estado, como es el nombramiento del Fiscal General, el del Contralor de la nación, y ojo, mucho ojo, el de los Magistrados de la Corte de Constitucionalidad, que deberán jugar un papel preponderante en el cercano futuro, cuando se llegue el tiempo de las próximas elecciones y tengamos por allí una candidatura que segun todo parece indicar, será como la crónica anunciada de un montón de divergencias sociales, que pueden llegar a degenerar hasta en un nuevo jueves negro y otro viernes de luto... y si no, dejémoslo al tiempo.
Otro asunto que en los últimos tiempos ha venido a polarizar a nuestra ya de por si dividida sociedad, es lo relativo a la conveniencia o no de la aplicacion de la pena de muerte al titipuchal de condenados a la pena capital que mientras tanto se debaten en el limbo de nuestra legislación, desde el momento que el malandro de por pillo se negó a a ser él quien cargara con la responsabilidad de conceder o negar la amnistía o el perdón (el nombre es lo de menos) a los que ya están a punto para ser mandados al otro potrero por medio de la inyección letal, en pago de sus fechorías. Claro que así como algunos se oponen a tal medida por las razones que quieran, habemos otros que seguimos creyendo en la sentencia bíblica de que "el que a hierro mata a hierro muere " o en aquella otra que es tambien bíblica y que afirmaba que se debe pagar "Ojo por ojo y diente por diente". O aquella otra que va por el mismo camino y que decía "todo lo que el hombre sembrare eso también segará". En fin, el que cause sangre y dolor, deberá pagar con su propio sufrimiento el que le provocó a otro ser humano.
Veremos en qué para todo este nuevo revuelo. Porque los padres de la patria no están como que muy convencidos de enmendarle la plana al presidente que ya vetó esas reformas. Para ello sería nada mas cosa de que el Congreso se pusiera de acuerdo y le ordenara lo conducente al Ejecutivo. pero ¿tendrán los riñones para hacerlo? lo dudamos muy de verdad.
Y algo que no tiene ni madre en realidad, es el comportamiento del señor licenciado Erick Alvarez, presidente de la Corte Suprema de Justicia quien se aferra a su cargo después del montón de inmoralidades que se le han descubierto. Siendo la primera la de llevarse a su bella secretaria Londy Castillo, (que también deberá cumpir con él otras no burocráticas pero sí placenteras funciones) y la última, la de contratar al papá de dicha señorita (como comprando con dicho nombramiento, su dignidad y su aceptación de las movidas de este pelón señor que como se sabe, es casado). Lo malo es que con sus pendejadas hace tambalear mas al desacreditado sistema de justicia de la nación. Y ¿quién lo echará de ese puesto al que se aferra con uñas y dientes?
Y dentro de todo lo malo que nos pasa a los guateboltecos, por lo menos tenemos algo de qué alegrarnos: el resultado final de los Juegos en Mayagüez en cuyo medallero quedamos en el mejor lugar centroamericano y con una cosecha de 70 preseas, algo que nunca de los nuncas, había logrado ninguna delegación nuestra en Juegos Centroamericanos y del Caribe. Por esa razón desde aquí (donde siempre vivimos criticando nuestros magros resultados deportivos) hoy, lanzamos una cerrada ovación a nuestros deportistas demostrando que también sabemos aplaudir lo bueno. Bravo muchachas y muchachos, ¡así se mea y no por gotas...!
