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Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla, Guatemala
Nací en Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla, Guatemala, el 3 de enero de 1940 o sea que actualmente tengo la friolera de 76 años. Estudie la carrera magisterial, un poco de Periodismo y fui pre-graduado en Diplomacia ya que sólo me faltó para graduarme, el examen de idiomas, al que nunca me sometí. Ni modo. Hasta la llegada a la municipalidad luciana, del alcalde "amigo de todos, pero no de los intelectuales" me desempeñé como Coordinador Municipal de Cultura y en el área de comunicación social de mi pueblo, en lo relativo a redacción (porque como muchos saben, a causa de un cáncer de laringe, estoy privado del don del habla desde el año 2000). Pero también sigo escribiendo poesía, cuento y -desde agosto del año 2015 ya no sigo editando mi propio medio de comunicación, la Revista COTZUMALGUAPA, a la que le pusimos el apodo de "LA REVISTA DIFERENTE"-. Por lo demás, sigo pensando, escribiendo y actuando con definida inclinación de izquierda.

jueves, 28 de abril de 2011

COLUMNA DE OPINIÓN EN LA REVISTA COTZUMAGUAPA

CARLOS BARRANCO R. (ABRIL 2011)

Esta (la del dos de mayo de 2001) era una fecha esperada con ansias por los mandamases de las cúpulas dirigenciales de los partidos políticos de Guatebuena. Es que desde hacía varios meses se les quemaban las habas por sacar a luz pública sus convincentes, sesudos, inteligentes y propositivos lemas y temas de campaña electoral.

Aunque visto está que a fin de cuentas les valió un aceitoso y serenado cacahuate el respeto a las directrices del Tribunal Supremo (¿?) Electoral respecto de las campañas anticipadas o de no contaminar el medio ambiente con sus pintas de árboles, ya que sencillamente lo escucharon como oír llover, según solían decir nuestros abuelos, cuando se referían a la vieja costumbre de poner oídos de mercader, para ignorar alguna orden o consejo, o hacerse los …ndejos, aduciendo como decía el viejo chiste, “no se oye padre…” porque desde el oficialismo y hasta el mas pinchurriento partido de oposición empezaron su campaña, al principio medio encubierta, luego un poco mas abierta y en los últimos días, absolutamente descarada, cuando aún no se cantaba la consabida orden de “arrrrrancan…”

Lo cierto es que a partir del dos de mayo todos los partidos políticos (creo que son 27 o 28, para un pueblo de apenas 13 millones de gentes, de las cuales sólo habrá empadronados unos 3 millones y de ellos un elevado número no asiste a votar, hágame usted el refabrón cabor) ya tienen absoluto derecho a meterse hasta la mas profunda intimidad de la población con esas cancioncitas absurdas, que no pasan de ser malas parodias de tonadillas de moda, con lo que nos ofrecen una demostración palmaria de que los políticos ni siquiera para eso tienen suficiente capacidad, creatividad y originalidad, ofreciendo hasta el oro y el moro con la finalidad de captar si no la voluntad, cuando menos la atención involuntaria del pueblo, para ver si de tal forma consiguen su único propósito de ser: el voto que los encumbre a los sitiales de poder, decisión, buenos ingresos … y negocios turbios.

Creemos que la convocatoria (de la linea editorial colegiada de esta "revistilla") a opinar sobre el tema “arrrrancan” obedeció a que la contienda electoral, en el sentido más gráfico del término, es una carrera. Hay una línea imaginaria (oficial) de salida (el dos de mayo) hay jueces que califican la legalidad del evento, (el TSE la sociedad civil y los observadores internacionales) y hay una meta a la cual aspiran a llegar los que en ella participan (la mera guayaba) y en lugar de guirnalda de flores hay una banda presidencial que le confiere al ganador una serie de premios y beneficios que ningún Derby del mundo puede ofrecer.

Si bien esta competencia es una carrera muy sui géneris porque en realidad nadie corre de acuerdo con la definición que de tal palabra nos da el Diccionario de la Real Academia. Pero durante su desarrollo hay negociaciones bajo la mesa, hay personas que apuestan a uno o varios favoritos con la lógica idea de apostarle a caballo ganador (dicho sea con el debido respeto). Hay fávoles para decirlo en español. Empujones. Gritos. Entusiasmo. Música para todos los gustos. En fin todo lo permitido y aún lo ilegal, con tal de ganar. Y lo único malo es que no vemos a ningún ejemplar de buena calidad. No hay siquiera uno que en realidad nos parezca que será la solución de la mayoría de los problemas de nuestro pueblo. Y ni modo, seguiremos otros cuatro años con la cruz a cuestas.

A ver hasta donde y hasta cuando…