(Columna escrita en la Revista COTZUMALGUAPA de enero, por Luciano Calel Sotoj, Alter Ego de Carlos Barranco.)
Empecemos ahora con algo de deportes, nada mas para no iniciar esta vez derramándonos la bilis con análisis o señalamientos de lo malo y lo peor que diariamente nos toca vivir, al nada mas leer los titulares de las notas periodísticas nacionales o ver y escuchar algunos de los tele o radionoticieros, al sintonizar la radio o el canal televisivo que nos parezca menos nocivo. Así que, para empezar, no podemos menos que congratularnos por la actitud ¡por fin! ecuánime, digna, positiva, del famoso Lance Armstrong, hepta-triunfador de la vuelta a Francia en bicicleta, una de las mas reconocidas en el mundo y que oportunamente fue acusado de haber incurrido en el delito de dopaje para poder ganar dichas competiciones y que pese a su negativa y a no reconocer sus ilegalidades, fue despojado de los triunfos obtenidos sobre la cinta asfáltica, con la ayuda de sustancias prohibidas en el mundo del deporte. Lance Armstrong fue para muchos de nosotros un ejemplo, una inspiración, un modelo a imitar, porque después de haber librado (y ganado) una intensa lucha contra el cáncer se perfilaba como un atleta cuyas hazañas eran dignas de encomio. Nosotros (que dicho sea de paso, también nos jactamos de haberle ganado con la ayuda de Dios, un pulso similar a esa temible enfermedad) durante varios años lucimos en nuestra muñeca izquierda una de aquellas pulseritas plásticas de color amarillo -aunque había de varios colores- que llevaban grabadas la palabra "live" (vida, en gabacho) y las últimas letras de su apellido: "strong". No vamos aquí a hacer leña del árbol caído ni escarnio del deportista "tramposo", habida cuenta que en todas partes se cuecen habas. Sólo queremos a rescatar en esta nota la hidalguía de alguien que ahora ha vencido a otro cáncer temible: el de no saber enfrentar con dignidad sus propios errores. Aunque todo mundo le eche pestes por lo malo de su actitud antideportiva, nosotros le echamos un hurra y nos ponemos de pie por su actitud de entereza y de humildad al aceptar y reconocer sus propias metidas de pata.
Y hablando de errores, hay que reconocer que aunque se pasó doce meses para darse cuenta que en la administración de FONAPAZ se estaban llevando a cabo infinidad de tranzas en desmedro de la economía del país y de la satisfacción de algunas de las necesidades de los más desposeídos, por fin el señor Pérez se decidió a salir del error en que la administración pública se encontraba con una entidad donde se hacía toda clase de negocios: compra de terrenos, reparación de caminos, compra de láminas y otro montón de negocios turbios que ni dan ganas de recordarlos, pero en fin… ya lo único que le está quedando a nuestra sociedad, es esperar sentada a que la ley se empiece a aplicar a todos los mafiosos que allí hicieron micos y pericos con los pistos estatales. Porque a su último director, sabemos sinceramente que hay miles de compatriotas que quisieran que se le investigara, pero a fondo, aunque esté protegido por la sombrilla de la vice y aunque se afirme que se va a ir a refugiar a Xela en la responsabilidad de la organización de los Juegos Centroamericanos, (lo cual conlleva la capacidad de ordenar otro montón de obras, que, en Guatemala como se sabe, no tienen sobras) y que de comprobarse sus malos manejos se le condenara, pero en serio, a vivir unos cuantos años alimentándose nada mas con lo que indica su apellido, a Pan y agua…
Y al momento de escribir estas notas, ya se consumó la macondiana sucesión presidencial en Venezuela. El Presidente saliente y el presidente entrante no asistieron al acto que se debe realizar en el Congreso o en el Tribunal Supremo de Justicia, según la constitución bolivariana, impulsada por el propio presidente saliente, con lo cual el presidente entrante, que como ya usted sabe es la misma persona que la saliente, aún no asume oficialmente el cargo para el que fue electo. Cuando termina un ciclo constitucional y se inaugura otro, aunque el mismo mico aparezca con diferente cachucha, se debe hacer el acto protocolario de rigor. Es cierto que en este caso el señor Chávez no podía hacerse presente porque quién sabe en qué reales condiciones se encuentre su deteriorada salud. Y no va a ser el caso de presentarse en bata de hospital y con sondas o canalizaciones a un acto solemne al que hay que llegar, mínimo, con bien planchado tacuche… en fin, ese es un problema que sólo a los venezolanos incumbe, aunque se extraña la actitud de muchos de nuestros políticos tropicales y bananeros que cuando un acto de esos de sobajar a la Carta Magna los realiza un gorilón de derecha, un aprendiz de dictador, que les afirma yo soy el mandón y los que no les guste que se vayan a chiflar a su máuser, se rasgan las vestiduras y cortan las relaciones diplomáticas y llaman a la OEA y hacen un teatro digno de mejor causa. Pero como nosotros no somos mala leche, deseamos que don Hugo se recupere, que regrese a su tierra natral, y que dentro de unos años se vuelva a reelegir… al cabo que bien dice la sabiduría popular: "el que por su gusto muere, aunque lo entierren parado" o también el "que es buey hasta la coyunda lame…"
Pero sabe usted que es lo que no nos termina de caber en el tetunte que tenemos como cabeza? Que en Guatemala se pueda condenar a alguien como cómplice de un delito, pero sin conocer al que realizó el tal delito. Me voy a explicar: al padre Orantes lo acaban de declarar libre ya de la culpa por la que le habían zampado 20 años de prisión, bajo la acusación de ser cómplice del asesinato de monseñor Juan José Gerardi Conedera (para decirlo con todas sus letras) pero sin saber de quién demonios era cómplice el gordo cura ayudante del Obispo. Yo, como juez le hubiera dicho: sí señor, usted si quiere puede salir libre el día de mañana pero para ello debe dar a conocer el nombre de la persona, de su cómplice pues, del que efectivamente mató al obispo. Es que sin saber ese dato no se podía ni siquiera condenar a Orantes, entonces… como le digo, eso es algo que yo no entiendo. Tal vez si hubiera estudiado para aboganster entendería como es que se hacen esos enchorizamientos de las leyes. Y ya para finalizar: mejor ni le comento nada sobre nuestro futbol del siglo 21. Nuestra Sele ya está a la par de las potencias mundiales Belice y Nicaragua… hágame usted el refabrón cabor… y aunque al final se medio lavaron la cara al empatar con los ticos, ya de nada les sirvió… los chapines salimos invictos de primera fase, pero al mismo tiempo sin conocer ni siquiera un pinche triunfo…