Carlos Barranco R.
Muchos
de nosotros, yo diría que la gran mayoría de guatemaltecos hemos oído o hasta
comentado respecto de la actitud de vida de nuestros paisanos que se van a
trabajar “mojados” a Estados Unidos en lo que toca al respeto a las leyes y reglamentos.
Que
mientras viven allá, son choferes respetuosos, que le ceden el paso a los
peatones, que respetan los límites de velocidad, que usan –por pequeño que sea
el tramo que van a recorrer- su cinturón de seguridad. Que sólo se estacionan
en los lugares permitidos. Que como peatones no cruzan las calles sino por las
esquinas, que no tiran basura en las calles etc. etc. pero que en cuanto
regresan a la patria (o cuando nada más cruzan la frontera con México) sufren
una transformación brutal y vuelven a comportarse como lo que siempre han sido:
unos chapines a los que les vale gorro todo lo que sean reglamentos de
obediencia ciudadana.
Lo
que pocos nos preguntamos es: ¿a qué se debe esa conducta generalizada? A mí se
me ocurre que es por la certidumbre que se tiene de que en los USA los
infractores de las leyes y reglamentos sí son sancionados y que en nuestro país
sabemos que nos podemos saltar muchas leyes a la torera y que nadie va a decir
nada (Por ejemplo con la costumbre de orinar en la vía pública…)
Yo
creo que mientras nuestras autoridades no se pongan bien los pantalones, esa
serie de desacatos nuestros, continuarán. Y le voy a poner un ejemplo de
nuestra realidad cotidiana: hace como 2 o 3 meses el señor Ministro de
Gobernación (que debiera ser el que tuviera mejor amarrados los calzones, sobre
todo en un gobierno de MANO DURA (?) hizo ver que la nueva reglamentación para
los señores motoristas debería cumplirse no sólo en la Capital y en Escuintla
(ja, ja) sino que en todo el país y que por tanto se sancionaría a todos los
que no cumplieran con utilizar su chaleco color patriota y su respectivo casco,
así como a quienes transportaran mas de dos personas en cada moto, ya que eso
es lo que permite la respectiva tarjeta de circulación.
¿Quién
le hizo caso al señor López Bonilla fuera de la capirucha? Si mucho un uno o un
dos por ciento de los motoristas. Los demás pasan frente a los policías de
tránsito como si nada. Y estos “celosos” guardianes del orden vehicular, ni se “amoscan”
porque no cuentan con el apoyo de sus jefes “superiores”. Por lo menos eso pasa
aquí en Santa Lucía Cotzumalguapa donde parece que esa reglamentación no nos
atañe para nada, porque JAMAS se ha impuesto una sanción a los infractores que
son cientos y miles diariamente. Hay que hacer un señalamiento muy puntual: Si
en Guatemala, esa reglamentación se
cumple, no es por la acción del gobierno central, sino porque el canche Arzú desde
el principio se fajó los pants con que le gusta andar y sus órdenes sí se cumplen
por parte de los PMT.
También
dijo en esa oportunidad el vociferante y amenazante señor Ministro que “A aquellas
municipalidades que no hicieran cumplir estos reglamentos, por medio de sus policías
municipales de tránsito, les sería retirada las autorización de tener PMT
en sus municipios y que esas funciones
las entraría a cumplir al pie de la letra la Policía Nacional Civil…” Pero fueron
puras balandronadas, puras fanfarronerías, pura gritazón, puras amenazas que nunca
cumplió.
Señor
López Bonilla: espero que algún acucioso lector le haga llegar estas líneas a
algunos de sus despistados achichincles. Porque siendo usted un Militar de
carrera (no hecho a la carrera) debe tener un alto sentido del cumplimiento del
deber y probablemente su reacción no será de mandar a callar a ese bloguero “hijuetantas”
que anda escribiendo babosadas, sino ver que de verdad se empiecen a cumplir
las ordenanzas…
Mientras
nuestras autoridades sigan haciendo reformas -bien intencionadas o no, inteligentes
o no, a las leyes- pero ellos mismos sigan incumpliéndolas, nosotros como
ciudadanía las seguiremos viendo como ver llover y nuestro respeto a las leyes
seguirá de mal en peor.
Usted
qué opina?