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Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla, Guatemala
Nací en Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla, Guatemala, el 3 de enero de 1940 o sea que actualmente tengo la friolera de 76 años. Estudie la carrera magisterial, un poco de Periodismo y fui pre-graduado en Diplomacia ya que sólo me faltó para graduarme, el examen de idiomas, al que nunca me sometí. Ni modo. Hasta la llegada a la municipalidad luciana, del alcalde "amigo de todos, pero no de los intelectuales" me desempeñé como Coordinador Municipal de Cultura y en el área de comunicación social de mi pueblo, en lo relativo a redacción (porque como muchos saben, a causa de un cáncer de laringe, estoy privado del don del habla desde el año 2000). Pero también sigo escribiendo poesía, cuento y -desde agosto del año 2015 ya no sigo editando mi propio medio de comunicación, la Revista COTZUMALGUAPA, a la que le pusimos el apodo de "LA REVISTA DIFERENTE"-. Por lo demás, sigo pensando, escribiendo y actuando con definida inclinación de izquierda.

sábado, 18 de enero de 2014

CATORCEAÑERO


Un día como hoy, el 18 de enero pero del año 2000, a las 7 de la mañana fui ingresado a uno de los quirógrafos de prestigioso hospital privado en la ciudad de Guatemala,(no voy a hacerle publicidad gratuita, por supuesto) para ser intervenido quirúrgicamente para eliminar un cáncer en una de las etapas finales, que me había apagado la voz y que de plano en poco tiempo tenía planificado llevarme al otro potrero. Afortunadamente, la habilidad del cirujano Sergio Estrada (dirigida por supuesto por una invisible fuerza Superior) eliminó totalmente el tumor y aquí estoy todavía contando el cuento catorce años después.

Eso fue lo que sirvió de inspiración para la siguiente pequeña décima que con mucho gusto comparto con todos mis amigos, conocidos y hasta con aquellos que por azar tuvieron acceso a esta página.

Con todos ustedes, digo (así por escrito) SALUD.

CATORCEAÑERO

Hoy quiero hacer un brindis a la ciencia
por los catorce ciclos que he concluido
a partir del dos mil, cuando extinguido
parecía mi tiempo de existencia…
¡Claro que sé que fue la Providencia
la que condujo al bisturí certero
a eliminar el cáncer traicionero…!
Ella es la que permite este festejo:
Soy por segunda vez catorceañero
aunque achacoso, dolorido y viejo…

jueves, 2 de enero de 2014

CARTA SIN SOBRE AL MINISTRO DE GOBERNACION

Carlos Barranco R.

Muchos de nosotros, yo diría que la gran mayoría de guatemaltecos hemos oído o hasta comentado respecto de la actitud de vida de nuestros paisanos que se van a trabajar “mojados” a Estados Unidos en lo que toca al respeto a las leyes y reglamentos.

Que mientras viven allá, son choferes respetuosos, que le ceden el paso a los peatones, que respetan los límites de velocidad, que usan –por pequeño que sea el tramo que van a recorrer- su cinturón de seguridad. Que sólo se estacionan en los lugares permitidos. Que como peatones no cruzan las calles sino por las esquinas, que no tiran basura en las calles etc. etc. pero que en cuanto regresan a la patria (o cuando nada más cruzan la frontera con México) sufren una transformación brutal y vuelven a comportarse como lo que siempre han sido: unos chapines a los que les vale gorro todo lo que sean reglamentos de obediencia ciudadana.

Lo que pocos nos preguntamos es: ¿a qué se debe esa conducta generalizada? A mí se me ocurre que es por la certidumbre que se tiene de que en los USA los infractores de las leyes y reglamentos sí son sancionados y que en nuestro país sabemos que nos podemos saltar muchas leyes a la torera y que nadie va a decir nada (Por ejemplo con la costumbre de orinar en la vía pública…)

Yo creo que mientras nuestras autoridades no se pongan bien los pantalones, esa serie de desacatos nuestros, continuarán. Y le voy a poner un ejemplo de nuestra realidad cotidiana: hace como 2 o 3 meses el señor Ministro de Gobernación (que debiera ser el que tuviera mejor amarrados los calzones, sobre todo en un gobierno de MANO DURA (?) hizo ver que la nueva reglamentación para los señores motoristas debería cumplirse no sólo en la Capital y en Escuintla (ja, ja) sino que en todo el país y que por tanto se sancionaría a todos los que no cumplieran con utilizar su chaleco color patriota y su respectivo casco, así como a quienes transportaran mas de dos personas en cada moto, ya que eso es lo que permite la respectiva tarjeta de circulación.

¿Quién le hizo caso al señor López Bonilla fuera de la capirucha? Si mucho un uno o un dos por ciento de los motoristas. Los demás pasan frente a los policías de tránsito como si nada. Y estos “celosos” guardianes del orden vehicular, ni se “amoscan” porque no cuentan con el apoyo de sus jefes “superiores”. Por lo menos eso pasa aquí en Santa Lucía Cotzumalguapa donde parece que esa reglamentación no nos atañe para nada, porque JAMAS se ha impuesto una sanción a los infractores que son cientos y miles diariamente. Hay que hacer un señalamiento muy puntual: Si en Guatemala, esa reglamentación  se cumple, no es por la acción del gobierno central, sino porque el canche Arzú desde el principio se fajó los pants con que le gusta andar y sus órdenes sí se cumplen por parte de los PMT.

También dijo en esa oportunidad el vociferante y amenazante señor Ministro que “A aquellas municipalidades que no hicieran cumplir estos reglamentos, por medio de sus policías municipales de tránsito, les sería retirada las autorización de tener PMT en  sus municipios y que esas funciones las entraría a cumplir al pie de la letra la Policía Nacional Civil…” Pero fueron puras balandronadas, puras fanfarronerías, pura gritazón, puras amenazas que nunca cumplió.

Señor López Bonilla: espero que algún acucioso lector le haga llegar estas líneas a algunos de sus despistados achichincles. Porque siendo usted un Militar de carrera (no hecho a la carrera) debe tener un alto sentido del cumplimiento del deber y probablemente su reacción no será de mandar a callar a ese bloguero “hijuetantas” que anda escribiendo babosadas, sino ver que de verdad se empiecen a cumplir las ordenanzas…

Mientras nuestras autoridades sigan haciendo reformas -bien intencionadas o no, inteligentes o no, a las leyes- pero ellos mismos sigan incumpliéndolas, nosotros como ciudadanía las seguiremos viendo como ver llover y nuestro respeto a las leyes seguirá de mal en peor.


Usted qué opina?