Carlos Barranco R.
Ahora si, espacio es lo que nos va a hacer falta a la hora de redactar nuestra ensalada mensual. Porque suficientes temas de mucha importancia hay, en los que meter nuestra cuchara. Y vamos a principiar a meternos en honduras desde el momento en que aventuraremos nuestro particular punto de vista en relación a lo que ha estado ocurriendo en Honduras, a partir del momento en que se tomaron acciones para frenar los intentos autocráticos de su pintoresco presidente constitucional, que ahora se debate en el limbo de los que en su país de origen lo consideran “ex” y la comunidad internacional que sigue considerándolo como presidente, a secas. Veamos las cosas fríamente:
Mel Zelaya se trató de pasar por el arco del triunfo, no sólo la Constitución que juró defender y cumplir sino también a todas las otras instancias populares y de gobierno (legislativo, judicial, cortes, prensa, organizaciones religiosas católicas y evangélicas, y hasta su propio partido político) para llevar a cabo una “consulta no vinculante” según él y según sus contrapartes, un intento de reformar a p. h. lo relativo a la no reelección presidencial en el vecino país.
Ese fue el primer error de esa tragi-comedia en dos actos. El segundo fue tal vez un poco “mas error” que el anterior: fue la forma como los que se asumieron como representantes de la legalidad, protagonizaron un acto ilegal para defenestrarlo (o sea “sacarlo por la ventana”) y de esa absurda, grosera y aberrante manera, borraron con el codo lo que estaban tratando de escribir con la mano. En lugar de sacarlo “empiyamado” hacia Costa Rica, lo hubieran mandado detener, no con el ejercito, sino con la policía, después de haberlo inhabilitado para el cargo, según lo marca para esos casos, la constitución catracha.
Claro que al haber intervenido el Ejército (aunque fuera mandado por el Congreso) se dio lugar a que en todo el mundo, se clamara por el regreso de los “gorilas” a sus cuarteles. En este carnaval de metidas de pata a todo nivel nadie se recuerda que los militares hondureños no están en el poder. Cumplieron una orden y se regresaron a sus ocupaciones. O sea que realmente DE ACUERDO CON LA DOCTRINA no dieron el clásico GOLPE DE ESTADO.
Revisemos un poquito la historia: Cuando los militares chapines sacaron del poder a Lucas García, o cuando a Rios Mont le dieron un poco de su propio chocolate, por solo mencionar dos casos recientes y que todos lo guatemaltecos recordamos, los militares se quedaron en el poder. Y se dedicaron a gobernar por decreto.
Y eso no ha estado pasando en Honduras. Y los gobiernos de la comunidad internacional se van con la finta, (incluido en ese equipo el que sí fue golpista en su momento, el perínclito señor don Hugo Chávez quien ya no recuerda su etapa “gorilesca” y ahora se pone a exigir que “los gorilas” salgan del gobierno hondureño) y deciden que Mel Zelaya es un demócrata químicamente puro al que hay que devolverlo a sus funciones, para que vea si sigue tratando de manipular la constitución de su país, para entronizarse en el poder algunos otros años.
(Se da cuenta que me metí en honduras? Y es que, como dijo el clásico “Soy amigo de Platón pero mas amigo soy de la verdad” y mal que le pese a mis revolucionarias convicciones, no puedo comulgar con esas ruedas de molino).
Y la otra cosa que vamos a comentar así como que muy de pasadita por el poco espacio que nos queda es lo relativo a la forma como se retuercen las leyes en nuestro país para favorecer a los delincuentes de cuello largo.
Voy a ponerle el ejemplo de un hipotético caso: si usted va manejando una moto sin portar el bendito casco (en la capital, mas que todo porque fuera de ella a estas leyes no se les pone mucho coco…) y lo sorprende algún policía de tránsito, le cae una multa de mil quetzales. Si la paga en tiempo, la multa se le rebaja automáticamente a la mitad. Pero vaya usted a tratar de que se la rebajen a cincuenta “varas” aduciendo que sus ingresos no le permiten pagar una cantidad tan grande y verá que lo mandan por un tubo.
Pues qué le parece que a uno de los cómplices de portillo para hueviarse 120 millones, al señor “melitar” Arévalo Lacs una jueza le impone una fianza de 40 MILLONES de quetzales (la proporción correcta de acuerdo con lo defraudado, según dijo ella en su momento) pero ahora, como el aboganster defensor del inculpado, afirma que su pobrecito defendido, no tiene tanta plata como para pagar esa fianza tal elevada, pues sencillamente la misma jueza (juesesenta…) le dice que pague nada mas 5 millones. Y se la rebaja en la ridícula cantidad de 35 millones de quetzales… cantidad que tal vez le alcanzaría a cualquier familia normal de Guatemala, para ir a almorzar a un restaurante el próximo domingo… hágame usted refabrón cabor…
¿no cree usted que por eso es que nuestra patria sigue estando tan jodida?