Voy a iniciar este camino tomado de la mano de "Mero Patron" a quien el gran Savonarola le dedicó el siguiente poemazo: Saludos.
DIOS
Jerónimo Savonarola
Dicen que no comprendo tu existencia.
Que el fuego de los réprobos me quema.
Y
que mi lengua sin cesar blasfema
y que no entiendo la palabra DIOS.
Dicen que no te busco ni te imploro
ni tus grandezas infinitas veo…
dicen que tengo el corazón ateo
y que mi labio te maldice: ¡NO!
El Universo es el augusto templo
donde te encuentra, absorta la mirada,
el Sol es una lámpara colgada
que derrama su luz sobre tu altar…
Allí te adoro yo, donde tu nombre
entre los astros, fulgurante brilla,
y en espíritu doblo la rodilla,
adorando en silencio tu bondad…
El
aire que la atmósfera embalsama,
la savia que a los seres acrecienta,
y el fuego que a los mundos alimenta,
tu excelso nombre, proclamando están.
Eres la Voluntad inquebrantable,
el Bien eterno. La Virtud potente.
De la Verdad, inagotable fuente
porque eres la Razón Universal…
En su mezquina estupidez, el hombre
se forja un dios indigno de alabanza,
ebrio de odios, cólera y venganza,
terrible y sanguinario como él.
Otras veces se forja en su locura,
un dios afeminado que se esconde,
que a la voz del creyente no responde
si en su altar no hay encajes ni oropel.
Ese no es Dios. El Dios en quien yo creo,
tener no puede el interés del oro.
El Dios Verdad. El Dios a quien yo adoro,
no cambia sus bondades por metal.
Su espíritu gigante no se oculta
en el recinto estrecho de un Sagrario.
El Universo entero es su Santuario
porque es la Providencia Universal.
Interna voz. Inagotable fuente.
Fecunda luz. Vivificante esencia.
La base de su Templo es la conciencia
y su
gran sacerdote es el amor.
Yo se que existes inmutable, eterno.
Yo en tus bondades infinitas creo,
porque en la tierra y en los cielos veo,
resplandecer esta palabra: Dios.
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