SEÑORITA JUVENTUD 2012

Carlos Barranco R.

Esta mañana (16 de marzo de 2012) tuve la oportunidad de apreciar en el Polideportivo de Santa Lucía Cotzumalguapa, la investidura de la Señorita Juventud 2012. Un evento que fue el colofón de una tragicomedia que se principió a escribir el año pasado.

Se la contaré resumida: parece que con algunas "malas artes”, o como hoy se dijo: "por un error involuntario", el Consejo de Directores de Educación Media (organizadores del evento) o el Jurado Calificador del mismo, alteraron el resultado de la “elección” y familiares de la presunta despojada del título, llegaron a las instancias judiciales y estas obligaron a que este año no se realizara una nueva elección sino se le diera posesión de dicha representación a la “electa” el año anterior.

El acto en sí, no tuvo mayor importancia desde el punto de vista artístico cultural. Se debe reconocer, eso sí, el esfuerzo de varios grupos de estudiantes por sacar adelante algunos números bailables. Con sus lógicas limitaciones. Pero en realidad eso es lo de menos: esta clase de espectáculos están diseñados para llevar dinero a los organizadores. Porque a los colegios e institutos casi se les obliga a llevar al mayor número de alumnos (yo calculé a ojo de buen cubero unos 500 o 600) y cada uno de los jóvenes debe pagar su entrada. Un buen negocio, pues…

Pero si le estoy contando de este evento, es porque haber asistido a él, me retrotrajo en el tiempo a los años en que laboré como catedrático del Instituto San Antonio de nuestro pueblo, allá por la década de los 70`s. Vea nada mas...

El primer año que llegué al San Antonio a cubrir la cátedra de idioma español y literatura, como siempre me ha gustado nadar contra la corriente, pero más que todo impulsar arte y cultura, le propuse al director y propietario una innovación en lo que a celebraciones se refiere y afortunadamente, mi compañero de entonces y amigo de siempre, Rufino Soberanis (que era el mandamás de dicho plantel) apoyo mi idea.

Ese año, cuando estábamos preparando la celebración del aniversario de fundación del colegio, convocamos al alumnado en el patio y palabras más, palabras menos, les informamos que:

“a partir de la fecha ya no se realizarían elecciones de Reina de Belleza en el Colegio, porque para nosotros todas las alumnas eran bellas y todas tenían atributos para ser reinas” y que en tal virtud, en lugar de organizar, como hacían los demás establecimientos educativos, un baile de coronación con una renombrada marimba orquesta, les ofreceríamos una semana de arte y cultura que finalizaría con una buena “churrasqueada” en horas de la mañana del sábado y por la tarde de ese mismo día con una matinée danzante, a la que todos podrían asistir sin pagar un solo centavo.

Esa primer semana de Arte y Cultura por nuestro aniversario, además de una presentación del Grupo de Teatro Experimental que teníamos en el Instituto y de una tarde de variedad artística con alumnos aficionados a la canción, la oratoria, la declamación o el baile, también tuvimos un taller de teatro y una actuación especial de Mildred Chávez (la mejor artista teatral del país en ese tiempo) la presentación del mejor declamador nacional (Pruden Castellanos) y la presentación de uno de los mas reconocidos escritores guatemaltecos, el poeta José Calderón Salazar, que vino a ofrecer una charla literaria. Todo ello fue gratuito, porque los artistas invitados vinieron a Santa Lucía sencillamente porque les gustó la iniciativa. Y nos pareció exitoso el experimento.

A muchos de nuestros alumnos, seguramente no les satisfizo mucho el cambio, pero aún hoy, a mas de 40 años de distancia, hay algunos de ellos que cuando lo recordamos nos aseguran que fue una experiencia que de alguna manera les marcó positivamente la vida, al haber tenido contacto con esos mundos tan diferentes de lo que habían venido recibiendo antes… con sus elecciones y coronaciones de reina.

Disculpe usted que con motivo de la investidura de la Señorita Juventud 2012 (evento que creo yo que sólo sirve para dos cosas. Para nada y para una &%$$%&&) haya traído a colación algo de lo que hacíamos en Santa Lucía hace cuarenta años, pero no ha sido nada mas por “adornarnos”, sino especialmente fue motivado por habernos dado cuenta que en ciertos aspectos seguimos viviendo con formatos que ya se debieran haber superado. En pro de la superación de nuestros jóvenes… digo…