CANTO DE GOLONDRINAS

Carlos Barranco R.

Los Juegos Florales de la Ciudad de Escuintla se vienen realizando desde hace casi medio siglo. Y con el paso del tiempo, posiblemente por el desconocimiento que de esas manifestaciones del espíritu tienen las autoridades, poco a poco han venido decayendo en lo que respecta a la excelencia y solemnidad que tenían las pretéritas galas de premiación.
Han sido sostenidas estas justas culturales por un reducido pero entusiasta grupo de verdaderos obreros de la cultura. Pero al final, cuando se lucha sin  tener a la mano las armas necesarias, el cansancio hace mella en los ánimos mas esforzados y eso creemos que ocurrió precisamente en las personas que han hecho verdaderos esfuerzos a lo largo de los últimos años, que con poco o nulo apoyo oficial hicieron todo su mejor esfuerzo para que esta tradición cultural siguiera vigente.
Pero afortunadamente no todo el horizonte es negativo. Para beneplácito de quienes gustan de esos eventos en que se reúne y premia a lo mas granado de la nueva literatura nacional, desde este año  -y esperamos que por mucho tiempo- se realiza en la cabecera departamental y bajo los auspicios del centro cultural de Escuintla, Lic. Arístides Crespo Villegas, un evento de primera magnitud y que está llamado a ser uno de los referentes de esa clase de certámenes a nivel nacional, denominado Canto de Golondrinas.
Este año, a pesar de ser el primero y que aún no es conocido -por obvias razones- en todos los ámbitos cultos de la república, se contó con una muy significativa presencia de escritores, tanto poetas como narradores y eso hace augurar que en años futuros la participación será abundante en calidad y cantidad.
Fue muy emotivo ver entre los galardonados a unos de los escritores mas prolíficos del país, el catocheño-luciano Alfredo Morán Aguilar que sumó otro laurel a los que ha venido cosechando a lo largo y ancho de la geografía nacional.
Una ovación de nuestra parte para el amigo, colega y Licenciado Arístides Crespo, que es el patrocinador al 100% de este singular evento. No se podía esperar menos de un buen escritor como él.