Al maestro, con cariño...

Luciano Calel Sotoj. (Columnista invitado de "La Revista Diferente")



Este mes de junio se celebra en nuestro país el dia del Maestro. (Porque hay que saber que a nivel continental el dia del maestro se celebra en otra fecha, en memoria de un gran educador argentino que fue presidente de su país, don Domingo Faustino Sarmiento) Creemos que es justo dedicar un dia al año para festejar a los trabajadores del sector magisterial. Porque aunque en el gremio hay una gran cantidad de personas que laboran allí sólo porque no encontraron a mano otro árbol del cual colgarse, hay también una enorme cantidad de verdaderos maestros, que en eso trabajan porque esa es su verdadera vocación y porque sólo al compartir sus conocimientos se sienten verdaderamente realizados como personas y como profesionales.


Vaya nuestro saludo respetuoso a los dignos ciudadanos y ciudadanas que tienen la franciscana paciencia de lidiar con 30 o 40 inquietos hijos ajenos, tratándolos como si fueran propios.


Pero cuando del magisterio tratamos, no podemos dejar de mencionar un par de cosas que llaman nuestra atención. Permítannos señalar algunas actitudes incorrectas que algunos maestros realizan en sus actividades. Desde siempre hemos criticado que muchos maestros se dediquen a oganizar actividades que nada tienen que ver con su apostolado docente, como es eso de andar haciendo elecciones de niña esto y niña lo otro y señorita por acá y señorita por allá, y desfile por este motivo y fiestas por aquel otro, que lo unico que logran es una lamentable perdedera de tiempo y eso si, generan alguna ganancia en efectivo para los organizdores, en perjuicio de los bolsillos de los padres de familia que por otra parte, merecido se lo tienen, por hacerle el juego a quienes de esa manera cosifican a sus hijas, halgando sus incipientes vanidades…


Y al respecto, por fuentes de toda nuestra confianza, supimos que en determinado establecimiento educativo que se precia de ser uno de los que ofrecen mejores oportunidades educativas a la población, recientemente se convocó a las niñas y jovencitas estudiantes de todos los niveles a las elecciones ya mencionadas.
Hasta allí todo va bien. Las que participan es porque sus papás están de acuerdo con los gastos que la actividad conlleva. Lo que ya se puso de color de hormiga fue cuando el o los organizadores le dijeron a las aspirantes, los temas que deberían abordar al momento en que tenían que exponer en público, un pequeño mensaje el dia de su presentación.
A las demás, no sabemos, pero a una de ellas le pidieron que debía exponer algo en relación a la libertad de expresión. Y ¿cuál es el problema? me diría usted. ¿Acaso no están allí para estudiar y acaso ese de la libertad de expresión, no es un derecho consagrado en nuestra Constitución?
Así es, concedo. Pero lo unico malo es que ese tema no le correspondió a ninguna señorita de quinto bachillerato o ya de perdida, de tercero básico. No… se lo dejaron de encargo a una niña de siete años. Edad más adecuada como para hablar de la Caperucita Roja o de la forma como “se llevan“ con sus hermanos o con mamá y papá o de lo ocurrido en el último viaje vacacional de la familia o de las relaciones con sus maestros y compañeros… en fin, temas que estén mas de acuerdo con la edad de las aspirantes y no temas que se van a tener que aprender de memoria y a repetir como loritos (en tal caso cotorritas) sin saber ni de qué están hablando…
Creemos que los directores de los establecimientos educativos no debieran aprobar esta clase de actividades sin haber supervisado previamente y a conciencia los proyectos que sus profesores pretenden realizar. ¿Quieren nombres?