18 AÑOS SON SUFICIENTES...

Con voz propia... Colaboración de Jaime Castellanos. Revista Cotzumalguapa. Octubre.

Así es, 18 años son suficientes para dar una opinión, una idea o un veredicto, para hablar bien o mal de una ciudad que se ha conocido en los caminos caprichosos de la vida, 18 años vividos en el centro de una pequeña urbe, obviamente día con día armaron el archivo de toda una historia, la historia que hemos experimentado con mi familia aquí en Santa Lucia Cotzumalguapa; donde a decir verdad, hay muchos sucesos que los inexorables calendarios se guardaron para siempre.

Porque vinimos aquí, -Desde una finca del oriente- en una tibia noche de un 04 de Diciembre, donde los cohetillos y las bombas prenavideñas como que asustaban a mis hijos de 8, 7 y 5 años, (dos varones y una nena), pero todo fue cuestión de acostumbrarse.

Nos esforzamos pues, en ser parte de una vecindad un tanto reacia al concepto de amistad, sin embargo, al pasar los días y los años, la Sociedad Luciana, la original, realmente nos abrió los brazos y nos concedió un espacio digno entre su gente. Y luchamos entonces por ser mejores cada día, mis hijos empezaron a crecer, estudiaron y se graduaron todos, por eso ahora gratificamos al Colegio Sagrado Corazón, a la escuela Fundación por la Vida y al Instituto Nacional; de esa forma se consolidó mi hermosa familia con todos profesionales.

Un día sin embargo, en orden inverso de edades se casó mi niña y se llevó parte de mi corazón, antes de un año mi hijo mayor realizó también su matrimonio y fue lo mismo, hace apenas unos meses la boda de mi último hijo se llevó a cabo, entonces sí, se fue con él el último puntal de mi mesa familiar, y nos quedamos sin alguien que nos diga buenas noches, buenos días. Como padre de familia, doy gracias a Dios porque se están cumpliendo en mi hogar sus preceptos bíblicos, y eso, de cualquier manera nos fortalece.

Ahora, con más cabellos blancos en mis sienes, visualizo la existencia como un proyecto que debe terminar con mi último suspiro o me veo también como un actor serio actuando en la comedia de la vida, en medio de un vendaval de lágrimas y risas, encontrados sentimientos y luminosas alegrías, que son al final de cuentas como la parte central de un maravilloso sueño; porque de seguro, para mí, eso es la vida.

¿Y de Santa Lucía, la Virgencita?, es toda un amor, es bella, es piadosa y hace milagros, ¿Y de Santa Lucía, la ciudad?, es señorial, con sus históricos jaguares, su zafra y su "gente", es un pueblo muy laborioso, donde hace calor en el verano, pero la naturaleza en el invierno equilibra las estaciones y llueve a cántaros; ¡Pero sí se puede vivir como en cualquier lugar del mundo!.

Desapasionadamente y con un juicio mesurado, considero que, si aquí se quedaron mis hijos y mi hija, mi esposa y yo tenemos el derecho, el deber y la obligación de hacernos más viejos en esta tierra linda, donde hay dos nietecitos que ya nos amarraron para siempre...Gracias Santa Lucía Cotzumalguapa.