LA REVOLUCIÓN DEL 44

(Los artículos siguientes fueron publicados en la Revista Cotzumalguapa correspondiente al mes de octubre de 2010, en la sección de debate "OPINIONES".



FERNANDO ZAMORA

Para la generación “libre y liberal” de la juventud actual, la Revolución del 20 de octubre es un cuento de los tiempos de tatalapo.

Pero algo tendremos que haber oído de la época de la opresión en nuestro país, aunque para algunos de nosotros es mas importante la vida y los problemas amorosos de Sergio Mayer, los escándalos de Belinda y la homosexualidad de Cristian Chávez. Sin embargo, algo debemos haber captado en las clases de sociales que debieron habernos dado en el nivel medio o en diversificado y tal vez alguna que otra conversación o historia que hemos escuchado. No obstante es bueno recordar al régimen ubiquista que resultó injusto, ineficaz e inadecuado, en una época en la que se libraba La segunda guerra mundial. Esta situación social y política que imperaba en el país estimuló los deseos de justicia de los fervorosos patriotas. Hoy es mas que gratificante saber, que como lo dice el Ministerio de Educación en LA HISTORIA SINOPTICA DE GUATEMALA “La Revolución de Octubre es el acontecimiento mas relevante en la historia guatemalteca del presente siglo y quizá de todos los anteriores”.

Fue iniciado por jóvenes estudiantes universitarios de la facultad de derecho. La asociación “El derecho” fue la que prácticamente inicio la lucha contra la dictadura. Los estudiantes luego fueron apoyados por el gremio magisterial y es ahí donde nace el STEG, fue en un desfile revolucionario el 25 de junio de 1994 donde muere a manos de los militares la maestra María Chinchilla, su muerte se convirtió en un símbolo de la Revolución de Octubre y en su honor se celebra el día del maestro. El pueblo entero de Guatemala se unió a la lucha. No quiero relatar la historia, quiero hacer énfasis en que los Estudiantes Universitarios con los maestros y el resto del pueblo se enfrentaron a la dictadura militar, al todopoderoso, al temible, al general Jorge Ubico. Y lo lograron, pero luego se les vino otro problema encima, el régimen interino de Ponce Vaides, impuesto por el gobierno de Ubico, al aceptar el su renuncia. Y fue el repudio al régimen de Ponce lo que levantó la acción armada la noche del 19 de octubre y la madrugada del 20, en la que ocurre el tiroteo en el Fuerte Matamoros y las explosiones de bombas donde hoy está el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias. Pero esto es parte de la historia que “ya conocemos”. Antes del medio día se logró la rendición de Ponce y después de las 12 horas, Jorge Toriello, el Capitán Jacobo Arbenz Guzman y el Mayor de línea Francisco Javier Arana, se presentaron al despacho presidencial para asumir la jefatura del Estado, como integrantes de la junta Revolucionaria de Gobierno.

Los beneficios que dejó la Revolución en la Constitución de 1945 son muchos, pero mencionaré los que mas nos aprovechamos hoy: Se reconoció la propiedad privada, estableció la educación laica, permitió la libre organización de partidos políticos, afirmó la libertad de imprenta, convalidó la autonomía municipal y universitaria. Y en el ámbito económico-social (el mas atractivo para nosotros): se estableció el salario mínimo, la determinación de la jornada de trabajo, “los descansos laborales y las vacaciones remuneradas”, la libre sindicalización, el derecho a la huelga y al paro y “la indemnización por despido injustificado”.

Yo me pregunto, si la juventud de hoy, invadida por una cultura light extranjera carente de valores, tendría la determinación, las agallas, el valor y la iniciativa de organizar un movimiento de tal magnitud ¿O nos quedaríamos con cara de desentendidos, entreteniéndonos con los escándalos de las figuras publicas comerciales que pasan en la tele?


CARLOS BARRANCO

La intención de hablar de la revolución de octubre en nuestra entrega del mismo mes tuvo una finalidad concreta: permitir que los “patojos” de menos de 30 años leyeran algunas ideas respecto de ese movimiento que solo conocieron de oídas. Porque definitivamente tenemos plena certeza de que en las aulas de la secundaria no se les comentó casi nada al respecto.

Seguramente los alumnos de nivel medio que se educaron entre el año 1980 y el 2000 (un lapso de 20 años) no recibieron al respecto una información verídica, imparcial, porque los maestros vivían en un ambiente de temor, de represión y de silencio, no sólo por tener que ajustarse a la línea de la docencia oficial, sino también por lo que miraban diariamente de muertes, desapariciones, secuestros, exilios y demás barrabasadas cometidas especialmente contra los opositores a la “legalidad” establecida.

Por todo eso, los alumnos de entonces, que son los maestros de hoy, como que no tenían muchas luces para hablar y mucho menos para enseñar sobre esos acontecimientos. Sano es, pensamos, que en las páginas de esta revista se tenga la oportunidad de conocer algo de lo real acontecido. Y para empezar, sin meternos a defender o condenar a uno y otro bandos de la lucha de los 36 años, tenemos que aceptar que hubo un génesis. Y este fue cuando el segundo gobierno de la revolución del 44 en defensa de los legítimos intereses de Guatemala (sin hablar de ricos y de pobres, sino de guatemaltecos en general) tocó los intereses de las grandes compañías gringas y fue por eso acusado ante el mundo de procomunista.

Claro que el ejército de Guatemala, tuvo que defender la institucionalidad del estado. Y lo hizo reprimiendo a los insurgentes tal como se lo exigiera su comandancia general. Y en sus ordenes no había duda. Había que aplicar la fórmula de insurgente visto, insurgente muerto. Y por el lado de la insurgencia la cosa era algo similar: cuque visto, cuque muerto. Lo malo es que en el intermedio, ambos se llevaron de corbata a un montón de inocentes. Entre los cuales, especialmente en las filas del pueblo, bastaba con que un comisionado militar señalara a alguien como comunista, para que de inmediato este ciudadano estuviera sentenciado, así se tratara de gente que simplemente escribía verdades que “oficialmente” eran reprobables. O haber leído determinados libros. O escuchar por la onda corta de la radio algún programa de Radio Rebelde (de Cuba) en fin…

Ojalá los jóvenes actuales tuvieran siquiera curiosidad por leer en internet (ya que sus maestros nunca lograron hacerlos interesarse por los libros) la gran cantidad de información que hay en la WEB respecto de la revolución del 44. Estamos seguros que aprenderían mucho de nuestra historia y eso les permitiría luchar por hacer una Guatemala mas incluyente.

La juventud sabe mucho mas que nosotros, de esos recursos de buscadores y navegación en la red… úsenlos mucha, pero no para embrutecerse viendo pornografía barata y les aseguro que no se arrepentirán..