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Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla, Guatemala
Nací en Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla, Guatemala, el 3 de enero de 1940 o sea que actualmente tengo la friolera de 76 años. Estudie la carrera magisterial, un poco de Periodismo y fui pre-graduado en Diplomacia ya que sólo me faltó para graduarme, el examen de idiomas, al que nunca me sometí. Ni modo. Hasta la llegada a la municipalidad luciana, del alcalde "amigo de todos, pero no de los intelectuales" me desempeñé como Coordinador Municipal de Cultura y en el área de comunicación social de mi pueblo, en lo relativo a redacción (porque como muchos saben, a causa de un cáncer de laringe, estoy privado del don del habla desde el año 2000). Pero también sigo escribiendo poesía, cuento y -desde agosto del año 2015 ya no sigo editando mi propio medio de comunicación, la Revista COTZUMALGUAPA, a la que le pusimos el apodo de "LA REVISTA DIFERENTE"-. Por lo demás, sigo pensando, escribiendo y actuando con definida inclinación de izquierda.

jueves, 4 de noviembre de 2010

A vuelo de pájaro...

Ensalada mensual de Oscar Bran Lorca en la Revista Cotzumalguapa...

Cuando estamos emborronando estos
renglones estamos prácticamente en la
celebración del 66 aniversario de la caída
de una de las últimas oprobiosas dictaduras
militares no constitucionales que
sufrió nuestra cara parens a mediados del
siglo pasado. (Después de ella hubo otras
dictaduras igualmente militares, pero
“democráticamente electas”, conste) Y
hay que reconocer entonces que en el
transcurso de este régimen (que fue electo
sin dar a conocer durante su campaña
electorera su pretendida ideología socialdemócrata)
se ha vuelto costumbre que
sus dirigentes –especialmente de parte
de aquellos que vienen desde alguna de
las expresiones políticas que formaron fi -
las en la insurgencia durante los 36 años
de lucha armada- se apropien de algunas
de las mas representativas fi guras y hasta
de los postulados de aquel movimiento
popular. Y el ultimo botón de muestra
que hay al respecto, es la exposición de la
célebre pintura del mas grande muralista
mexicano “la gloriosa victoria” en que se
expresa parte de esa historia, cuando se
ve a nuestro “querido” paisano Castillo
Armas en actitud servil frente al gran poder
que estuvo detrás de su triunfo y la
lógica derrota del intento democrático en
esta tierra de la eterna tiranía.
Otro tema que es de obligado comentario
en estas fechas es la hazaña realizada en
el sur del continente por un todo pueblo,
su gobierno, sus técnicos, la efi caz participación
de una gran cantidad de colaboradores
extranjeros y sobre todo de sus 33
mineros heroicos y un equipo de rescatistas
en el desierto de Atacama. El drama
que vivió ese grupo de trabajadores de
la minería es algo que supera todas las
grandes epopeyas que alguna vez haya
tenido que afrontar un conglomerado humano.
Principiando por la entereza que
{demostraron al encontrarse de pronto incomunicados
y casi sin alimentos durante
mas de dos semanas, tiempo más que sufi
ciente para que el ánimo decaiga. Y sin
embargo, allí se sostuvieron a pie fi rme,
solamente con una luz de esperanza encendida
en medio del pecho de cada uno
de ellos, porque ninguna luz -ni natural ni
artifi cial- les podía llegar desde el lado de
arriba de la montaña. En la contraparte,
había mucha gente. Su familia, sus compañeros,
su gobierno, su pueblo, que
también se alimentaban con la esperanza
de que de alguna manera ellos hubieran
sobrevivido al derrumbe que los dejó incomunicados.
Y al fi nal ambas esperanzas
se vieron recompensadas, cuando una
pequeña sonda logró abrir un minúsculo
agujero a través del cual pudo llegar hasta
el refugio donde estaban reunidos. Y entonces
vino lo dramático. Asumir que en
mas o menos 90 días se les lograría sacar
sanos y salvos, después de cubrir todo una
épica jornada con el uso de la técnica mas
moderna el fi nal fue feliz. Y todo el mundo
se siente desde entonces identifi cado con
esas personas que pasaron del mas gris
anonimato a ser verdaderas celebridades
mundiales.
Y en Guatemala, para volver los ojos hacia
nuestra realidad, hay una gran cantidad
de temas para comentar. Como siempre.
Al extremo que el articulista se ve en trapos
de cucaracha para defi nir a cuáles les
va a dedicar su tiempo en vista que todos
son igualmente importantes. Así que a
riesgo de quedar en deuda con algunas
expectativas, nos ocuparemos así como
muy superfi cialmente de los siguientes
temas:
En primer lugar, la abusiva campaña electoral
anticipada que están realizando casi
todos los partidos políticos que se dan
las ínfulas de ser llamados grandes. (UNE.
Líder. PP. VIVA. Junto a ellos van sus corifeos
que se cobijan bajo sus sombras,
ya que “solos en su soledad” no pasarían
de zope a gavilán y cuyos nombres me
abstengo de escribir para que usted los
incluya a su sabor y antojo). Junto a ese
tema hay que mencionar el acoso jurídico
que le han endilgado a la cúpula de seguridad
del gobierno de don conejuégalo
bershé, que principió por perseguir, apresar
y mandar al bote al señor Giammattei,
a quien le profesamos sincera admiración
en forma personal, aquel que como candidato
se hizo popular por aquello de
“los buenos somos mas” y continuó con
el arresto en tierras hispanas del mero cabezón
del ministerio de gobernación don
Carlos Vielman, acusándolos de ser parte
de una estructura ilegal que se dedicó a
realizar ejecuciones extrajudiciales. Y al fi -
nal otro tema que a muchos ni les interesa
por varias razones. La salida de Dionisio
Gutiérrez de su programa de TV, Libre
Encuentro. Muchos no saben ni quién es
Dionisio. Otros que sí lo conocen lo descalifi
can como portavoz de los empresarios.
Otros mas lo critican por ser uno de los
mas acaudalados guatemaltecos (como si
eso fuese un pecado). Pero que mantuvo
durante casi 20 años un programa de crítica,
de debate, de análisis político, económico,
social, con evidente éxito. Y otros,
que no somos ricos, ni empresarios, ni
recalcitrantes derechistas como él, lamentamos
que la intolerancia a las ideas que
impera en nuestra patria lo haya orillado a
tomar el camino del exilio voluntario. (Claro
que con esas cantidades de plata que
Dionisio maneja, el exilio no es tan jodido
como el que otros tuvimos qué sufrir, pero
eso son otros veinte pesos…)
Y a nivel de nuestro pueblo, no podemos
dejar de reiterar nuestra mas enérgica
condena por el crimen (incomprensible e
insensato) cometido contra la humanidad
de nuestro colega, compañero, paisano y
amigo, Rolando Paiz, cuya trayectoria cívica,
social, laboral y familiar, según nosotros
merecía que cuando lo llamaran a la
presencia del Creador, fuera en la tranquilidad
del hogar y confortado por el amor
de sus mas cercanos afectos. Dios perdone
a quienes truncaron una vida fructífera
y positiva y le conceda la cristiana resignación
a todos sus familiares.

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