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Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla, Guatemala
Nací en Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla, Guatemala, el 3 de enero de 1940 o sea que actualmente tengo la friolera de 76 años. Estudie la carrera magisterial, un poco de Periodismo y fui pre-graduado en Diplomacia ya que sólo me faltó para graduarme, el examen de idiomas, al que nunca me sometí. Ni modo. Hasta la llegada a la municipalidad luciana, del alcalde "amigo de todos, pero no de los intelectuales" me desempeñé como Coordinador Municipal de Cultura y en el área de comunicación social de mi pueblo, en lo relativo a redacción (porque como muchos saben, a causa de un cáncer de laringe, estoy privado del don del habla desde el año 2000). Pero también sigo escribiendo poesía, cuento y -desde agosto del año 2015 ya no sigo editando mi propio medio de comunicación, la Revista COTZUMALGUAPA, a la que le pusimos el apodo de "LA REVISTA DIFERENTE"-. Por lo demás, sigo pensando, escribiendo y actuando con definida inclinación de izquierda.

lunes, 13 de junio de 2011

DIEZ AÑOS SE DICEN FACIL...

(Publicado en la Revista Cotzumalguapa, mayo de 2011, por Carlos Barranco R.)

Si como dice el viejo tango, veinte años no es nada, diez vienen siendo apenas la mitad de nada. Desde esa lógica, los que empezamos este sueño de la Revista Diferente en el ya lejano 2001, estamos un poco menos de la mitad del camino de empezar a ser algo.

Como que es poco alentador ese panorama. Pero no importa, estoy seguro que los que aquí estamos, aquí seguiremos (mientras el Creador nos permita vida y fortaleza espiritual y material) aporreando teclas para dejar impresos nuestros pensamientos. Y en último caso si no estuviéramos nosotros, puede ser que algunos nuevos quijotes tomen la estafeta y puedan seguir comunicando ideas, sueños, críticas, propuestas, a nuestra pujante población Luciana.

Justo es reconocer en este momento a algunos compañeros que empezaron con nosotros este esfuerzo y que por razones atendibles dejaron de escribir sus mensuales entregas. Entre ellos nuestro amigo Willy Pinto. Nuestro ex compañero de trabajo Fernando Álvarez, y el joven amigo Manuel Suyán. ( si algún nombre se me quedó atrapado por la telarañas del olvido, permítanme asegurarles que eso fue algo totalmente involuntario, y mas que todo se debe a un señor alemán de apellido Alzheimer, que de repente nos manda mensajes para que no nos olvidemos de su existencia).

Quiero hacer una especial mención de un grupo de amigos que son los que sin escribir le han dado vida durante mucho tiempo a esta publicación, apoyándola con sus aportes en efectivo. En primer lugar recuerdo a mi entrañable amigo don Octavio Hernández (QEPD) propietario de Materiales Cotzumalguapa, cuya familia nos sigue apoyando como si de él mismo se tratara. Mi amigo Arístides Crespo. La dirección del Instituto Istmania, la del Instituto San Antonio, la del Liceo San José, de la clínica Médica de mi amigo Julio Ávila, de la Farmacia don Lalo, del Centro de Servicio LM, de mi amigo el diablo Morales, y la empresa CECTRA de Isaías Curruchiche.

Y debo mencionar también a otros amigos que en el transcurso de estos diez años de alguna manera nos han apoyado con “anuncios comerciales”, como Raulito Triquez, Rigo Cordero, Moi Tobar, Mingo Jolom, Florecita Ponce de Cifuentes. El “negro” -dicho esto con todo cariño y respeto- Luis Marcial (Si olvidé a alguno, échenle la culpa al compa ese Alzheimer ya mencionado antes).

Y como no sólo de agradecimientos vive el periodista, en este aniversario creo que es oportuno insistir en nuestra vocación de periodistas no profesionales, en el sentido de que ninguno de los que escribimos en la Revista Cotzumalguapa, vivimos de este oficio. Lo ejercemos como ejercen el vuelo y el canto las aves: como una necesidad vital. Como algo instintivo. O como el ejercicio de uno de los mas importantes derechos humanos: el de la libre expresión. Aquí le damos espacio para vivir a nuestras ideas. Aquí exponemos lo que otros sólo se atreven a comentar en el círculo mas íntimo. Y ese derecho que muchas veces es un arriesgado quehacer, es lo que nos une con otras personas que piensan libremente como nosotros, pero que desafortunadamente no cuentan con el tiempo, la habilidad o con el espacio adecuado para dar rienda suelta a sus inquietudes.

Por otra parte: A todas aquellas personas a quienes nuestra forma de escribir y de decir las cosas, les produce ñáñaras o urticaria, porque de todo hay en la viña del Señor y no somos precisamente lo que se suele llamar moneditas de oro, les rogamos un poquitín de tolerancia. O simplemente que cuando les llegue por equis o por ye motivos un ejemplar de Cotzumalguapa, no lo destruyan con rabia ni encono… mejor pásenselo a otra persona que probablemente se identifique con nuestra forma de ser y de matar pulgas. Así que, mientras tanto vamos a empezar el año número once. Y como decían los abuelos “y vamos a andar en los doce…” A ver si lo terminamos con viento en popa y a toda vela…

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