Columna escrita por mi "Alter ego" Oscar Bran Lorca, en la Revista Cotzumalguapa de Septiembre 2012.
CARLOS ENRIQUE MUÑOZ MOLINA, también conocido como "El Chacho" Muñoz, es un destacado luciano, hijo del recordado don Ricardo Muñoz Gálvez y de su distinguida esposa doña Dinora Molina, (ambos E.P.D.) heredó de su señor padre, (quien por cierto nos distinguió con su amistad) además de un honrado y respetable apellido, su profunda vocación humanística y su reconocido amor por todo lo que se relaciona con el progreso de este municipio, pero muy especialmente en lo relativo a los tesoros arqueológicos que existen en nuestro territorio.
Tuvimos oportunidad de intercambiar impresiones en ese aspecto con "Chacho", cuando recientemente coincidimos en el acto de entrega del libro "Cotzumalguapa, la ciudad arqueológica", del catedrático universitario y arqueólogo Oswaldo Chinchilla Mazariegos. Un documento que debiera estar en todos los hogares de los lucianos de corazón y en las bibliotecas escolares de todo Santa Lucía Cotzumalguapa, porque detalla parte de nuestra historia y ofrece mucha información sobre nuestros tesoros que lamentablemente muchos desconocemos.
En esa ocasión, platicamos largo y tendido con "Chacho", -quien es Licenciado en Veterinaria y Zootecnia y ha dirigido Proyectos de Desarrollo Rural de la ONU- sobre algunos proyectos que se pueden y se deben implementar en nuestro municipio, para continuar con el trabajo de preservación de nuestra arqueología que inició su padre, don Ricardo, cuando rescató muchos de dichos tesoros y de su propio peculio construyó el Museo de la Cultura Cotzumalguapa en su finca "Las Ilusiones. Hicimos hoy esta breve reseña, porque en poco tiempo estaremos informando sobre los pasos que vayamos dando en ese sentido.
Cambiando drásticamente de tema, diremos que en esta dolorida y atribulada Guatemala de todos nuestros sueños y pesares hay cosas que lloran sangre. Po ejemplo la propuesta del presupuesto general de gastos de la nación que se presentó a la consideración de los Honorables Padres de la Patria. (No es broma ni lambisconería el apelativo, así es que se considera a los señores integrantes de la legislatura nacional, cuya mayoría no lo merecen, pero entre los que como confirmación de la regla, hay sus muy honrosas excepciones)
Pero hablábamos del Presupuesto. Y ¿sabe usted a cuánto asciende lo que se pretende gastar el sacrosanto gobierno de don mano dura en el año de gracia del Señor del 2013? Ni más ni menos que la irrisoria cantidad de casi SESENTA Y SIETE MIL MILLONES DE QUETZALES, "cantantes y consonantes" como diría un nuestro muy bien recordado amigo. (Q 67,000,000,000.00) Y le puedo jurar que a medio año nos van a estar diciendo que no les alcanza la plata. No cabe duda que los tiempos cambian.
Entre las telarañas del tiempo, recordamos que el último presupuesto del gobierno del General Jorge Ubico, allá por 1943 fue de 14 millones de quetzales. Claro que hay que tener en consideración que en ese tiempo éramos un poco menos de 3 millones de guatebolenses, que el quetzal volaba a la misma paridad del dólar o un poco más alto y que había leyes semi esclavistas como la de vialidad o contra la vagancia, pero así y todo el país caminaba a todo vapor. En los últimos años de esa dictadura se construyeron entre otros edificios los actuales palacios de Correos, de la Policía, y el Nacional, hoy llamado de la cultura… (No estamos añorando los años de esa oprobiosa dictadura, sólo hacemos la comparación de la austeridad en el gasto público).
Por cierto, hay que mencionar que cuando salieron al exilio, tanto Jorge Ubico como Federico Ponce no se fueron como otros, atascados de pisto. y hay que recordar que en ese tiempo lo común y corriente era aquello de que ratero visto ratero muerto. Ya no digamos delincuentes de mayor peligrosidad.
Pero pasando a cosas menos tristes, hablemos de nuestro alicaído y devaluado deporte de las mayorías, el famoso futbol. Resulta que uno de nuestras más cotizadas figuras del mundo de las patadas, acaba de ser contratado por un equipo que anda colocado en las últimas posiciones del futbol holandés (el país de la famosa naranja mecánica) el Heerenveen. Y para nosotros fue algo tan especial la contratación del joven futbolero Marco Pappa que es uno de los mejorcitos en rendimiento en la decepción, perdón, quisimos decir, selecciona nacional (quien por cierto tuvo una destacada actividad en el futbol de la liga gringa), que la nota en que se dio a conocer dicho fichaje, mereció nada menos y nada más que la distinción de ocupar la primera plana de uno de los periódicos con mayor circulación y credibilidad en el país.
Y nuestras máximas autoridades, haciendo uso de la acertada política que indica que cuando se propone algo y la gente no lo acepta de muy buen grado, lo conveniente es aplicar la eficiente máxima de "este macho es mi mula", dijeron desde hace rato que los cinco años para la carrera magisterial iban y ¿sabe que?, realmente, van. No hubo fuerza suficiente en ningún lado que obligara a doña Cintya del Aguila a dar marcha atrás, así que los jóvenes que según ellos tienen una acendrada vocación magisterial deberán apechugar y hacerse a la idea que para seguir los pasos de educadores eminentes como Martí, Sarmiento o Arévalo, van a tener que "sacar" primer su bachillerato en magisterio y luego mandarse unos cuantos años en la universidad más cercana a su corazón para poder ejercer tan esforzada tarea.
Lo malo es que, hecha la ley hecha la trampa, y ofrecemos que nos cambiamos el nombre si no se cumple el siguiente pronóstico: muchos señores propietarios de los colegios privados, inmediatamente le van a sacar la vuelta a la referida disposición y veremos a patojos y chicas recién salidos de bachilleres en educación, dando clases, al principio solo en la primaria y luego hasta en la secundaria de tales planteles, y es que sabe qué: un "medio maistro" con su pinchurriento cartón de bachiller, de plano cobrará menos que un flamante (aunque de todas formas mal preparado) licenciado en educación y si no me lo cree, dejémoslo al tiempo.
Mientras tanto, échele cinco al piano y que siga el vacilón.
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