A alguien (que no sé decir quién fue) se le ocurrió que un servidor debía ser homenajeado como orgullo luciano por las diferentes actividades que en pro de la cultura he desarrollado a lo largo de muchos años. Debo decir con absoluta humildad que estimo el gesto que tuvieron los compañeros maestros y maestras de la Escuela de la colonia Las Delicias y que no encuentro en la inmensidad de nuestro idioma las palabras que puedan describir la magnitud de mi agradecimiento.
Con mal disimulada modestia podría decir... es algo que no merezco. Pero tampoco digo lo contrario. Sé que quienes tienen la hidalguía de reconocer en el prójimo algun rasgo de superioridad se colocan a así mismos en un alto grado de excelencia.
Quede aquí pues, plasmada mi gratitud para quienes me colocaron en ese dignísimo lugar. Sólo puedo repetir lo que he dicho en otros espacios: todo lo que he hecho a lo largo de una ya prolongada existencia, ha sido con el deseo sincero de apoyar acciones por el progreso de mis prójimos y especialmente de nuestra muy querida Capital de la Alegría (Manolo Cotero y Aragón), de este Reino Unido de Cotzumalguapa (Ricardo Cancelo Ossorio) o sea... de mi muy amada Novia del Sur (Carlos Barranco Rodriguez),
No hay comentarios:
Publicar un comentario