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Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla, Guatemala
Nací en Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla, Guatemala, el 3 de enero de 1940 o sea que actualmente tengo la friolera de 76 años. Estudie la carrera magisterial, un poco de Periodismo y fui pre-graduado en Diplomacia ya que sólo me faltó para graduarme, el examen de idiomas, al que nunca me sometí. Ni modo. Hasta la llegada a la municipalidad luciana, del alcalde "amigo de todos, pero no de los intelectuales" me desempeñé como Coordinador Municipal de Cultura y en el área de comunicación social de mi pueblo, en lo relativo a redacción (porque como muchos saben, a causa de un cáncer de laringe, estoy privado del don del habla desde el año 2000). Pero también sigo escribiendo poesía, cuento y -desde agosto del año 2015 ya no sigo editando mi propio medio de comunicación, la Revista COTZUMALGUAPA, a la que le pusimos el apodo de "LA REVISTA DIFERENTE"-. Por lo demás, sigo pensando, escribiendo y actuando con definida inclinación de izquierda.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Qué Bonito...!

Lisandro Estrada Conde. Publicado en COTZUMALGUAPA, septiembre 2009.


En alegre y movida simbiosis de auténtica y folclórica parafernalia, se realizaron en nuestro pueblo las desordenadas marchas o caminatas, que los señores y señoras del magisterio organizaron por la celebración de la falsa y nada honrosa "independencia" de nuestra querida Guatemala.

¿Qué quisieron representar, ofrecer o manifestar con tales esperpentos? ¿Qué consigna propuesta o idea los impulsó a sacar a nuestras calles y avenidas tantas tonteras y diabluras?
No se sabe. La gente cuerda, esto es, gran parte de la ciudadanía no se explica tan descabelladas representaciones, sobre todo por venir de gentes que se supone que tienen la gorda obligación de inculcar en la niñez y en la juventud ideas y principios sanos, que les hagan valorar en su justa dimensión el significado del patriotismo, de los altos valores cívicos, de los sentimientos de nacionalismo y amor a la patria en que nacimos, que en todo momento deben anidar en nuestro espíritu…

Celebrar el día de la independencia ofreciendo un espectáculo degradante y ofensivo para una parte de la población, es algo que por ningún motivo debiera darse, porque para exaltar los valores cívicos, hay otros medios con los que no se le falta el respeto y la consideración a nuestros semejantes, en sus ideales y en sus creencias.

¿Cuál sería el simbolismo que quisieron expresar con esos actos tan burdamente planificados, cuando que para patentizar el cariño y el respeto a la patria no hace falta ofender a los demás en sus mas profundos sentimientos…?

En la caminata del sábado 5 de septiembre, no podíamos creer lo que mirábamos: un grupo de adolescentes emulando irónicamente a un Sacerdote Católico, a un representante de la Iglesia, vestido como tal, con un simulado Santísimo Sacramento en las manos (se trata del mas alto Sacramento de nuestra fe, señores, no es cualquier cosa)... y otros muchachos, también vestidos de religiosos, sosteniendo el Palio, haciendo mofa de un acto cristiano, sagrado y respetable…

Luego iba otro grupo de patojos -hombres y mujeres- vestidos con ropa de vaqueros, con sombrero de campo, pantalones de lona, sucios y apretados, con botas y algunos hasta con espuelas, otros emulando el baile de los fieros, con un cacaxtle en la testa simulando un torito, otro grupo con la desdichada ocurrencia de remedar una procesión antigüeña, con una imagen en una anda y vestidos grotescamente como cucuruchos, poniendo en entredicho el respeto que todos debemos tener por las creencias religiosas de los demás…

Yo creo que los señores que tuvieron esta "fenomenal y brillante idea", confundieron el sebo con la manteca. Tal vez pensaron que se trataba de las vísperas del adviento y dispusieron sacar el convite que tradicionalmente sale el día primero de noviembre… pero desde luego confundir un convite, que por su contenido y tradición es ovacionado por propios y extraños, porque salen a bailar por las calles disfrazados de mamarrachos a cual mas divertidos y simpáticos, con un desfile cívico que debe promover valores y principios patrióticos en la niñez y en la juventud, es algo que no a cualquiera se le puede ocurrir…

Por supuesto que en este asunto hay mas tela qué cortar. Porque en las noticias televisivas y escritas vemos el drama de la hambruna que azota varias regiones del país, mientras aquí en nuestras escuelas y colegios se hace derroche de dinero.

Niñitos que no tienen ni cinco años, ya van bien uniformados somatando su redoblante y patojos y patojas, con lujosas botas y atuendos que cuestan sus buenos pistos, poniendo en apuros económicos a muchos padres de familia que hacen milagros para que sus retoños no queden mal… pero eso, poco les importa a algunos maestros, porque según la lengua de algunas gentes, está de por medio un buen negocio: en muchos casos el maestro se encarga de mandar a hacer los uniformes, comprar las botas y según se dice, aunque a nosotros eso no nos consta, la olla les queda bien embarrada.

Así es que la cosa tiene sus bemoles. Échele cinco al brinco y que siga la pachanga…

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