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Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla, Guatemala
Nací en Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla, Guatemala, el 3 de enero de 1940 o sea que actualmente tengo la friolera de 76 años. Estudie la carrera magisterial, un poco de Periodismo y fui pre-graduado en Diplomacia ya que sólo me faltó para graduarme, el examen de idiomas, al que nunca me sometí. Ni modo. Hasta la llegada a la municipalidad luciana, del alcalde "amigo de todos, pero no de los intelectuales" me desempeñé como Coordinador Municipal de Cultura y en el área de comunicación social de mi pueblo, en lo relativo a redacción (porque como muchos saben, a causa de un cáncer de laringe, estoy privado del don del habla desde el año 2000). Pero también sigo escribiendo poesía, cuento y -desde agosto del año 2015 ya no sigo editando mi propio medio de comunicación, la Revista COTZUMALGUAPA, a la que le pusimos el apodo de "LA REVISTA DIFERENTE"-. Por lo demás, sigo pensando, escribiendo y actuando con definida inclinación de izquierda.

lunes, 26 de abril de 2010

MEA CULPA

Voy a rogar a ustedes mis dos o tres lectores, que sean un poco indulgentes conmigo. Casi sin darme cuenta me pasé mas de un mes sin actualizar esta instancia de comunicación. Y por eso, contrito y arrepentido les ofrezco una disculpa.

Es que anduve metido en un montón de rollos. la mayoría de los cuales supongo que estaban instalados, ocultos por allá por alguno de los recovecos de mi mente y eso me distrajo al extremo de olvidarme momentáneamente de esta estimulante actividad.

Hoy, retomando el hilo, quiero nomás enviar un agradecido acuse de recibo a un apreciable tocayo y paisano de apellidos Pérez Estrada, quien hace unos dias se tomó la molestia de enviarme una opinión respecto de este esfuerzo comunicacional.

Mucho estimo las opiniones de este joven profesional porque son un estímulo de elevados kilates que nos impulsa a continuar con nuestro trabajo en pro de la cultura de nuestro pueblo.

Gracias Carlos Alberto: debo contarle no obstante, que hay un montón de gente que no piensa igual que usted. Pero ni modo: nadie es monedita de oro. Y menos quienes nos atrevemos a expresar públicamente nuestra forma de pensar...

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