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Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla, Guatemala
Nací en Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla, Guatemala, el 3 de enero de 1940 o sea que actualmente tengo la friolera de 76 años. Estudie la carrera magisterial, un poco de Periodismo y fui pre-graduado en Diplomacia ya que sólo me faltó para graduarme, el examen de idiomas, al que nunca me sometí. Ni modo. Hasta la llegada a la municipalidad luciana, del alcalde "amigo de todos, pero no de los intelectuales" me desempeñé como Coordinador Municipal de Cultura y en el área de comunicación social de mi pueblo, en lo relativo a redacción (porque como muchos saben, a causa de un cáncer de laringe, estoy privado del don del habla desde el año 2000). Pero también sigo escribiendo poesía, cuento y -desde agosto del año 2015 ya no sigo editando mi propio medio de comunicación, la Revista COTZUMALGUAPA, a la que le pusimos el apodo de "LA REVISTA DIFERENTE"-. Por lo demás, sigo pensando, escribiendo y actuando con definida inclinación de izquierda.

viernes, 11 de junio de 2010

A VUELO DE PÁJARO

ENSALADA MENSUAL QUE PUBLICA OSCAR BRAN LORCA EN LA REVISTA COTZUMALGUAPA.

Cada quien a nuestra particular manera festejamos el dia de la madre. Hay quien en esta fecha como haciendo un “mea culpa”, dispone regalarle a su señora madre algún objeto o prenda de elevado valor. No importa si durante el resto del año la ha estado obsequiando con dolores de cabeza, con incertidumbres, o con angustias.

Hay quien no se preocupa de las manifestaciones materiales del cariño que se expresan en términos económicos y sencillamente trata de ser todos los dias un buen hijo.

Y tambien hay quien no les pone la menor importancia a las fechas preestablecidas por el sistema y manifiesta a su muy particular manera sus sentimientos, este y todos los días.

Nosotros, desde este pequeño espacio que se nos otorga en La Revista Diferente, queremos saludar con mucho respeto a todas las Madres: a las que bendicen con su presencia física la vida de sus hijos y a aquellas que hacen exactamente lo mismo pero desde los elevados ámbitos de la vida espiritual. A las primeras, desde aquí les ofrecemos un sincero homenaje y a las segundas les rendimos nuestras mas sentidas plegarias, porque Dios les permita la superación espiritual y que así puedan seguir iluminando nuestros senderos…

Por otra parte, ya ve usted cómo es de relativa la importancia de todos y cada uno de los seres vivientes. Como es que las cosas van perdiendo importancia conforme van pasando los días, las semanas, los meses y los años. Cómo nosotros, los seres humanos que nos sentimos como el non plus ultra de la creación, no somos sino minúsculas partículas de polvo cósmico, que en la insondable magnitud del Universo no valemos más que la ameba o el camello… nuestras insignificantes personalidades nos hacen suponer que somos importantes, determinantes, casi insustituibles. Pero resulta que cuando nos golpea un viento fuerte de la adversidad, se derrumban nuestros aires de grandeza y es cuando descubrimos la certeza de aquella sentencia “vanitas vanitatis omnia vanitas”.

Viene a cuento toda esta filosofada barata, porque ya han pasado mas de cuatro meses que el señor ex presidente que hoy es presidiario, don pollo ronco se fue con todas sus bravatas y sus sueños heliogabálicos, a ver la luz a cuadros. Y en su estrepitosa caída provocó que una inteligente y muy bien preparada (académicamente hablando) señora que creyó en sus cantos de cisne, cuando el susodicho paseaba por las tierras del exilio presumiendo con una aureola de perseguido político, sucumbió bajo el peso inclemente del descrédito y la vergüenza a que la condujo la ambición del bribón de su ex marido y tuvo el gesto de suprema valentía o la mayor cobardía según se quiera apreciar, al hacer honor a la lapidaria frase del extraordinario prosista José María Vargas Vila: “si la vida es un martirio, el suicidio es un deber…” y ahora ya nadie habla de él. Todos parece que estamos conformes con que se pudra en el tambo. (salvo, claro está, quienes recogieron algunas de las migajas que cayeron de su mesa, cuando era él, el que partía el queso).

Y casi casi en esa misma dinámica, debemos ver la historia de otro personaje. Que en el momento más crítico de lo que le aconteció, acaparó el pensamiento, los espacios noticiosos, las ocho columnas de todos los medios de comunciación y que ahora cuando han pasado varias semanas desde aquel momento álgido, descansa y se recupera casi en el anonimato. Ya casi nadie comenta ni habla de él. Por supuesto que los casos son diametralmente opuestos.

Quienes de buena fe nos preocupamos por lo que le estaba pasando a Luis Felipe Valenzuela, seguimos estando pendientes de la evolución de su caso. Y pedimos a la Providencia que salga bien a fin de cuentas. Pero también él de alguna manera dejó de ser noticia. Y así es en todos los órdenes de la existencia. Cuando dejamos vacío un lugar, este será ocupado por otra persona. Cuando un gran suceso cae en los terrenos de la cotidianidad deja de ser noticia. Se transforma en algo común.

Y sólo como para no dejar que nos gane el ansia de filosofar que se nos metió en esta entrega, vamos a decir tres hurras: hurra… hurra… hurra, para los rojos del Municipal que a muchos de nuestros amigos (sincera condolencia para ellos) los dejaron con el festejo blanco engavetado para el próximo torneo.

Claro que para esas fechas van a tener que comprar nuevas ametralladoras, nuevo wiskito o nuevas chelas bien frívolas. Ya veremos si para entonces el viejísimo pero siempre atinado Pin Plata, le dijo adios a las canchas o si todavía tiene gas suficiente para volver a anotar (dos veces) como en los dos últimos partidos del clausura 2011… mientras tanto…

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