(Carlos Barranco R.)
Hay cosas que obligan al columnista a hacer señalamientos que aunque provoquen molestias a los protagonistas, se deben hacer para cumplir con los postulados de la propia conciencia. Y nos referimos concretamente a las variadas actividades “educativas y culturales” que promueven las autoridades educativas (de alto y mediano rango) en nuestro medio.
Para “celebrar” con profundo contenido cívico el aniversario de la independencia se lanzan alegremente a elegir a la Señorita Independencia, a la Niña Independencia y como ya vieron que el asunto es rentable económicamente porque la asistencia obligatoria y pagada de los alumnos les reditúa una buena cantidad de efectivo, ahora también eligen a la niña Monja Blanca.
Al respecto, un agudo e irónico paisano nos decía al calor de una charla de confianza, que él tiene pensado proponer a donde corresponda (a las autoridades educativas, se entiende) que para el año entrante, así como ahora celebraron a la Flor Nacional, no se olviden de los demás símbolos patrios y vean la forma de elegir a la “Señora Ceiba” (que podría ser una respetable maestra de bien ganadas libras) o a la “Señora Marimba” (que podría ser una prolífica mentora con, por lo menos una su media docena de chirices) y tendrían con eso, otras dos buenas oportunidades para seguir cumpliendo con su “cívico apostolado” y al mismo tiempo podrán generar algunos buenos billelles.
A ver qué pasa…
Hay cosas que obligan al columnista a hacer señalamientos que aunque provoquen molestias a los protagonistas, se deben hacer para cumplir con los postulados de la propia conciencia. Y nos referimos concretamente a las variadas actividades “educativas y culturales” que promueven las autoridades educativas (de alto y mediano rango) en nuestro medio.
Para “celebrar” con profundo contenido cívico el aniversario de la independencia se lanzan alegremente a elegir a la Señorita Independencia, a la Niña Independencia y como ya vieron que el asunto es rentable económicamente porque la asistencia obligatoria y pagada de los alumnos les reditúa una buena cantidad de efectivo, ahora también eligen a la niña Monja Blanca.
Al respecto, un agudo e irónico paisano nos decía al calor de una charla de confianza, que él tiene pensado proponer a donde corresponda (a las autoridades educativas, se entiende) que para el año entrante, así como ahora celebraron a la Flor Nacional, no se olviden de los demás símbolos patrios y vean la forma de elegir a la “Señora Ceiba” (que podría ser una respetable maestra de bien ganadas libras) o a la “Señora Marimba” (que podría ser una prolífica mentora con, por lo menos una su media docena de chirices) y tendrían con eso, otras dos buenas oportunidades para seguir cumpliendo con su “cívico apostolado” y al mismo tiempo podrán generar algunos buenos billelles.
A ver qué pasa…
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