CRÓNICA SEPTEMBRINA

Escribe Carlos Barranco R.

Este año, en nuestro pueblo, se tomaron algunas muy buenas iniciativas para celebrar con mayor propiedad la fiesta cívica de Independencia. Y por nuestro deseo de aportar siempre algo a lo que se hace en búsqueda de lo mejor, señalaremos, con la mejor buena voluntad, lo que nos pareció adecuando o impropio en dichos cambios.
En primer lugar, fue un acierto haber trasladado la Tribuna de Honor al inicio de la calzada 15 de septiembre. En el espacio entre el Parque Barrios y dicho edificio se formaba un embudo humano que impedía el adecuado tránsito de los desfiles ya que la gente nunca respetó los límites que se trataba de colocar con lazos, con vallas, con policías. Ahora ese inconveniente se logró superar en casi el 100 %, y ya eso es motivo de felicitación
Por otra parte, se determinó que el desfile del 15 debía de realizarse como se hacía antes, de la calzada 15 de septiembre al hipódromo municipal. Hubo voces discordantes con la idea por la mala situación de las calles hacia esas instalaciones y por lo largo del trayecto, pero honestamente, nosotros pensamos que fue una buena iniciativa. Ahora en lo relativo a la organización sí debemos apuntar que hubo algunas fallas garrafales. Y las vamos a señalar no con la idea de criticar a nadie sino para que en el futuro no se vuelva a tropezar con la misma piedra.

En primer lugar, se alargó innecesariamente el desfile al enfilarlo de la esquina del parque a la esquina de la 7ª. calle y luego regresar de la 7ª y 3ª hacia la 1ª calle (de la cofradía) y de allí a la calle ancha. Fueron 700 metros de más, lo que al paso que llevan los "marchantes" (dicho sea sin intención peyorativa) se traduce en por lo menos 45 minutos extras de recorrido. Y luego una serie de errores: 1) colocar toldos para las autoridades, de frente al pueblo, pero de espaldas a los estudiantes que finalizarían su recorrido en el campo de futbol. 2) Ingresar a los alumnos pasando entre la Tribuna de Honor y los graderíos para ir a colocarse en el campo de futbol para esperar la llegada del último contingente y luego regresar sobre sus pasos y volver a pasar frente a las tribunas. Y allí fue la debacle. El primer establecimiento ya tenía casi 3 horas de espera bajo el sol y sus responsables decidieron retirarse. Cosa que imitaron casi todos los demás. Y merecieron una justificada y fuerte llamada de atención de parte de su supervisor. Pero la culpa no fue de los "disidentes" sino en todo caso de quienes "organizaron " esa desorganización.

Para evitar ese bochorno, qué era lo aconsejable, señores organizadores…? 1) Debieron haber colocado (como antes) a las autoridades en la tribuna principal, viendo hacia el campo de futbol. 2) Los alumnos debieron ingresar por la parte sur de dicho campo, colocándose frente a la tribuna, el primer establecimiento junto a la portería del lado norte y los demás a su izquierda en el mismo orden de ingreso. 3) Después de los actos protocolarios los alumnos iniciarían su egreso, saliendo de la cancha, por donde se coloca el partidor en las carreras de caballos, con el compromiso de tener frente a la tribuna, una participación de 5 minutos. Haciendo un solo saludo a las autoridades y el pueblo. (Este año, saludaron hacia uno y otro lados, a) los abanderados. b) los graduandos. c) Las estampas cívicas o folklóricas. d) las bandas musicales y e) El resto de alumnos. Con lo que solo en saludos y luego el "lucimiento" de su banda… se llevaron bien de 10 a 15 minutos cada uno.

Pese a lo apuntado, creemos que fue un buen ensayo. Que el año entrante se debe mejorar. ¿Qué es mucha la distancia? Nosotros, en Xela, desfilábamos desde el parque Centroamérica hasta el Campo Minerva, (fácil, unos cuatro kilómetros) y después de los actos cívicos en el campo de futbol, pasábamos frente a las autoridades haciendo el saludo y "luciendo" nuestras bandas de guerra y de allí todavía volvíamos hasta nuestros respectivos colegios o institutos, somatando el caite, aporreando redoblantes y soplando trompetas. Es algo que a la juventud le entusiasma. Vaya una ovación para los jóvenes lucianos, ellos y ellas