PARA QUIEN TIENE MIEL HASTA EN EL NOMBRE

Carlos Barranco R.


Viendo la perfección de tu figura,
lamento de verdad la suerte mia,
que me dio la pasión por la poesía
en lugar del amor a la escultura…

pues de tu angelical arquitectura
quisiera yo esculpir la sinfonía;
y para hacerlo necesitaría
que para mí posara, tu hermosura…

poder mirar el cielo en tu mirada
y enredar mis ensueños en el pelo
que cae hasta tu cuello nacarado,
sin que nadie interrumpa la encantada
sesión de tu belleza y mi desvelo…
¡qué mas quisiera el bardo ilusionado!



Tu nombre tiene almíbar en su acento.
Tus labios tienen miel en su santuario.
Eres como un viviente monumento
que Dios formó como algo extraordinario.

Yo te vengo a ofrecer el sentimiento
de mis versos, que son el incensario
en donde se consume el pensamiento,
de este seudo-escritor estrafalario

que a falta de ilusiones y de ensueños
en su otoñal jardin, tan solo espera,
que algún afecto endulce sus agravios…
comprende entonces que en sus locos sueños
espere que una flor de primavera,
la ilusión le devuelva, con sus labios…