En mis ya largos años de ejercer el periodismo, son raras y contadas las oportunidades en que me he ocupado de comentar largo y tendido sobre actividades deportivas. De la especialidad que sea.
Y no precisamente porque sea indiferente al deporte, ya que en mis años mozos fui un apasionado de varias de esas disciplinas. Particularmente del futbol y el basquetbol (aunque también incursioné con alguna fortuna en el voleibol y el tenis de mesa) Pero esta vez voy a echar mi cuarto a espadas, tocando un tema que no solo es un tanto espinoso, sino que probablemente en más de uno de mis cuatro lectores provocará mal sabor de boca, un cierto derrame de bilis o en una manifestación mas bondadosa, un fuerte ataque de urticaria, ya que se trata de una propuesta blasfema:
Si en el futbol federado internacional las sanciones fueran realmente justas, se le debieran de quitar todos sus títulos y records al futbolista Lionel Messi, por dopaje. Tal y como otras Federaciones hicieron en su momento con Lance Armstrong, Ben Johnson, Alberto Contador, Barry Bonds y otro montón de estrellas del deporte que utilizaron sustancias prohibidas para logar un mejor desempeño en sus respectivos espacios.
Respecto de Messi hay que recordar que durante su etapa de crecimiento, cuando se encontraba en la adolescencia y su edad estaba entre los 12 y los 13 años, fue sometido a un tratamiento con hormonas para acelerar su crecimiento.
Era bien chaparrito el patojo y no había forma de que diera la talla más o menos adecuada para pretender tener éxito en el deporte de las patadas.
El club Barcelona al ser informado por uno de sus "scouts" acerca de las extraordinarias cualidades técnicas de ese "petisso" sudamericano, se dio prisa en contratarlo y correr con el costo de dicho tratamiento que fortalecería el sistema óseo del chamaco y que entonces tenía un valor de 9 mil dólares mensuales. (El tratamiento, no el chamaco)
En pocas palabras: el astro futbolero argentino actual, físicamente en mucho, es producto de un dopaje sistemático que en la actualidad ya no se le administra. Ya el tratamiento hormonal hizo su chamba, su cuerpo creció y se hizo lo fuerte que se esperaba para que sus capacidades técnicas rindieran buenos dividendos a los dueños del espectáculo (y a él y sus manejadores, también, por supuesto).
Eso no se vale. Porque por ejemplo nuestros futboleros chapines, subdesarrollados y subalimentados nunca han tenido el "chance" de acrecentar sus músculos y sus huesos merced a un dopaje sistemático y médicamente supervisado y entonces nunca pasarán de zope a gavilán…
Y para nosotros, como que la justicia debiera ser pareja y si a beisbolistas como Roger Clemens o Barry Bonds, ciclistas como Armstrong o Contador o atletas como Ben Johnson o Marion Jones les quitaron sus medallas o trofeos, sus records y sus premios en efectivo, por haber fortalecido sus cuerpos con sustancias químicas que les dieron la capacidad de ofrecer un extraordinario rendimiento en su rama deportiva, a la pulga Messi también se le debieran anular sus títulos y records o por lo menos se le debiera retirar de las competencias oficiales.
No me miente la parentela... mejor analice detenidamente la cosa y verá que algo tiene de lógica simple.
Carlos Barranco R.
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