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Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla, Guatemala
Nací en Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla, Guatemala, el 3 de enero de 1940 o sea que actualmente tengo la friolera de 76 años. Estudie la carrera magisterial, un poco de Periodismo y fui pre-graduado en Diplomacia ya que sólo me faltó para graduarme, el examen de idiomas, al que nunca me sometí. Ni modo. Hasta la llegada a la municipalidad luciana, del alcalde "amigo de todos, pero no de los intelectuales" me desempeñé como Coordinador Municipal de Cultura y en el área de comunicación social de mi pueblo, en lo relativo a redacción (porque como muchos saben, a causa de un cáncer de laringe, estoy privado del don del habla desde el año 2000). Pero también sigo escribiendo poesía, cuento y -desde agosto del año 2015 ya no sigo editando mi propio medio de comunicación, la Revista COTZUMALGUAPA, a la que le pusimos el apodo de "LA REVISTA DIFERENTE"-. Por lo demás, sigo pensando, escribiendo y actuando con definida inclinación de izquierda.

miércoles, 3 de abril de 2013

DERECHO DE ANTEJUICIO


Carlos Barranco R.

Cómo nos da envidia de la buena cuando vemos que alguno de los países hermanos avanza en su administración por un camino que ya quisiéramos nosotros, transitar. Por ejemplo, señalaremos sólo dos ejemplos de acertadas decisiones políticas tomadas en nuestro vecino del norte: México. Que si fueran adoptadas… no digo copiadas, sino simplemente emuladas, por nuestros gobernantes, serían de indudable beneficio para nuestros pueblos.
Uno, la legislación que permitió la creación de la Procuraduría del Consumidor, que allá desde hace más de veinte años vigila el cumplimiento de lo que el comerciante le ofrece al público comprador o usuario de sus servicios y productos y realmente castiga a quien defrauda a un  cliente, por ejemplo vendiéndole un producto defectuoso o dándole como se dice, “gato por liebre”. Eso, en el terreno de las relaciones cotidianas de Juan Pueblo con quienes le venden desde un kilo de tortillas hasta el gas doméstico o un vehículo.
Y ai les va el mero meollo de este comentario: la reciente legislación que ya fue aprobada por una de las dos cámaras legislativas mejicanas: la que suprime el fuero constitucional a todos los funcionarios y empleados públicos, menos al presidente de la república.
¿Y en qué  consiste eso del fuero constitucional? Pues es ni más ni menos que lo que aquí conocemos como el Derecho de Antejuicio.
Allá los señores diputados tuvieron las agallas de mandar a chiflar a su máuser a ese desagüe de la impunidad que era “el Fuero”. O sea que en México ya no va a haber gobernadores, presidentes municipales (alcaldes, pues), ni diputados, ni jueces, ni ministros, ni directores generales, ni nadie que en el uso y abuso de su mandato por elección popular o por dedazo, pueda robar impunemente, amenazar, o delinquir en cualquiera de sus modalidades y quedarse tranquilo como Camilo, escudándose en el Fuero. O en el aquí llamado, derecho de antejuicio.
Se imaginan ustedes queridos tres o cuatro lectores, la tanatada de políticos guatemaltecos que se iría a ver la luz a cuadros si aquí nuestros diputados tuvieran los blanquillos de suprimir el derecho al antejuicio?
Cuántas carreteras u obras similares se realizarían con sus verdaderos precios si cualquier concejal  o alcalde sobrevaluador de precios pudiera mandarse a chirona sin tener que esperar que una Corte dictamine que hay lugar a formación de causa? Casi sería cosa de ver quién sería el que se quedaría afuera para ponerle candado a la cárcel. ¿será que algún día veremos de verdad tanta belleza…?
Nosotros, los veteranos, ya sólo podemos soñar con esas linduras, pero los jóvenes no deben quedarse a soñar, ellos pueden exigir y lograr que estas y otras cosas similares se hagan realidad, sólo hace falta que se lo propongan  ¡y este es un país de jóvenes, carajo!

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